Time-lapse es un blog de autor sobre accesorios de fotografía y -especialmente- vídeo HD resultante de las cámaras DSLR de última generación.

jueves, 23 de febrero de 2012

10 claves para elegir un trípode de vídeo.


El trípode es una de los primeros accesorios que vamos a incorporar a nuestro equipo. Además, va a ser probablemente el más utilizado y el que más confianza va a depositar en el momento de la grabación. Por tanto, es muy importante tomar una buena decisión a la hora de determinar qué modelo vamos a adquirir. El vídeo no es lo mismo que la fotografía y no sirve cualquiera. A continuación, propongo un repaso por las cuestiones que debemos buscar en un trípode que nos permita desarrollar con fluidez nuestro trabajo de grabación:

1. La rótula: es lo más importante. Debemos diferenciar entre rótulas de vídeo y de fotografía y discriminar a estas últimas. Nuestra rótula de vídeo debe generar un movimiento suave (fluido) tanto en el eje vertical como en el horizontal. Debe tener tornillos de bloqueo para aquellos casos en los que no queramos ningún movimiento y además debe disponer de la resistencia contrabalance para que nuestros movimientos verticales se resuelvan sin brusquedad. Por último, necesitaremos una palanca o mando saliente de la rótula para poder operar con comodidad y de un modo más seguro. 



2. Las patas: en fotografía disponemos a menudo de una columna central en el conjunto de las patas, en vídeo, intentaremos obviarla. Dicha columna se corresponde con una opción que nos da el fabricante para ganar unos centímetros más y para abatirla orientándola al cielo o suelo en el caso de fotografías difíciles. Para la obtención de imagen en movimiento se trata de un saliente innecesario que nos resta estabilidad ante el viento u otros agentes externos, no necesitamos grabar el suelo o el cielo (al menos no de esa forma). Sobre la altura de las patas extendidas hay que buscar un tamaño medio a convenir; es recomendable por comodidad conviene que la cámara esté a la altura de los ojos del operador; eso sí, tengamos en cuenta que la rótula levantará la cámara entre 10 y 15 cm. más. 

3. La comunicación entre rótula y patas: hay marcas que venden trípodes completos sin posibilidad de intercambiar la rótula. Otras, permiten la sustitución del cabezal mediante una superficie con un tornillo de 2/3” o 1/4" (los típicos). En cambio, a nosotros nos interesarán aquellas provistas de un pequeño cuenco (65mm, 60, 75…) sobre el cual montaremos una semiesfera que nos permitirá nivelar el conjunto de la rótula cuando lo necesitemos. Es difícil de encontrar esta característica pero es bueno esforzarse porque nos facilitará notablemente el trabajo de vídeo. Sin esta característica, hay gente que se las ve muy difíciles cuando el cabezal está desnivelado. 



4. El peso: llegamos a un punto complicado. Los trípodes se ordenan (entre otros muchos criterios) por el peso al que están preparados para aguantar. No nos vale cualquiera. Debemos conocer  -más o menos- cuál es el peso total del equipo que vamos a colocar encima del trípode. Para hacernos una idea: una Canon EOS 5D MkII con el objetivo EF 24-105mm F4  L pesa algo más de 1,5 Kg. Pues bien, no hay tantos trípodes que aguanten esto, hay que pensárselo un poco, especialmente si tenemos pensado añadirle accesorios del tipo follow focus, mattebox… El peso máximo o recomendado es el compromiso del fabricante de que el trípode responderá bien, si te lo saltas a la ligera, pueden ocurrirte desgracias. Recordad que no tiene nada que ver el peso que soporta la rótula con el de las patas. La rótula tendrá un valor y las patas otro; a este último deberemos sumarle también el peso de la rótula. 

5. El material de construcción: aquí cada uno a lo suyo según la cantidad de dinero que esté dispuesto a gastarse en las patas y el peso que está dispuesto a llevar en la espalda. Principalmente hay dos tipos: los de “carbono” y los de aluminio.  Los primeros son muy ligeros, ideales para grandes caminatas pero a cambio ofrecen menos resistencia a los golpes (algo que siempre ocurre). Los de aluminio, por el contrario, son más resistentes, pero más pesados. Nadie quiere cargar con un gran peso en la mochila del equipo pero la comodidad tiene un precio y lo tenemos aumentado en los de carbono que son más caros. También conviene revisar el material y la operatividad de lo que no son patas: mecanismos de bloqueo, tornillos de fijación, palancas, mandos… Se recomienda evitar el plástico en exceso. 

6. La robustez: no podemos tenerlo todo, si queremos un trípode estable, resistente y  que aguante un buen peso, vamos a tener que renunciar a llevarlo a los viajes. Los trípodes de vídeo suelen ser bastante voluminosos. Hay fabricantes que venden patas formadas por un solo tubo telescópico. Otras marcas ofrecen un sistema de varios tubos que se van extendiendo hasta la altura máxima y proporcionan mayor estabilidad a nuestras grabaciones ocupando un tamaño considerable.  Son preferibles estos últimos ya que suelen aguantar más peso y está demostrado que su durabilidad es mayor. Como nota adicional incluyo que algunos fabricantes proporcionan en su “kit” una cómoda bolsa de transporte.



7. Los accesorios: normalmente todos los trípodes están hechos a conciencia de los extras pero conviene repasar previamente a nuestra compra el mercado de los accesorios para averiguar si existe la oportunidad de montar alguno en el trípode. Como extras hay mucha variedad, desde paraguas  para que el operador no se moje, hasta la habitual dolly. Si tenemos pensado adquirir alguno en el futuro, no se pierde nada por asegurarse de su compatibilidad. 

8. El extremo de las patas: esta decisión hay que tomarla según el tipo de terreno en el que usemos habitualmente nuestra cámara. Existen pinchos metal que se clavan con facilidad en la tierra y existen terminaciones de goma que crean fricción sobre los suelos lisos; esto funciona a elección del consumidor. Solamente, hay que destacar que algunos fabricantes han optado por montar los dos a la vez y son intercambiables girando una rosca. Otros, han sacado al mercado el extra de unos pinchos que comprados aparte se pueden adaptar. 



9. Montar y desmontar: hay algunos trípodes que son muy difíciles de montar: los sistemas de bloqueo son incómodos, para recoger las patas hay que dar mil vueltas… Hay que considerar que muchas veces no tenemos tiempo para fijar el plano tranquilamente. Conviene, por tanto, elegir un modelo que nos facilite el trabajo. Existen trípodes que tienen una barra ligera que comunica las tres patas entre sí, al tirar de ella obtendremos dos cosas: que se abran todas a la vez y que obligatoriamente estén extendidas al mismo nivel. Esto puede sernos de utilidad cuando tenemos prisa. 



10. La marca: hay de todo, marcas muy conocidas -que todos sabemos-  y otras desconocidas. Probablemente las marcas que conocemos tienen depositada toda nuestra confianza y eso, el fabricante lo sabe y sube los precios. Hay marcas menos conocidas que dan muy buenos resultados, no todo el mundo (donde me incluyo) puede permitirse desde el primer momento lo mejor. Conviene comparar las prestaciones de unos y otros, ver si nos compensa; sobre todo, pensar en qué uso le queremos dar a nuestro trípode. Nos podemos perder muy buenos trípodes si descartamos unos caros y otros por baratos. 


Una vez que tenemos claro cuáles son las características ideales para nuestro trípode tenemos que materializar nuestra decisión. Tenemos dos opciones, elegir un “kit” de trípode y rótula; o bien, seleccionar unas patas y a parte una rótula. La opción más cara es normalmente la segunda, comprar los objetos por separado. Podemos ahorrar bastantes euros eligiendo la propuesta del fabricante, pero cuidado, teniendo en cuenta lo mencionado en la lista anterior.  Por otro lado, tenemos claro y disponemos de dinero para hacer una buena inversión, entonces podremos optar por elegir unas patas de gama alta (vendidas por separado) y por separado una rótula de excelentes prestaciones. 

Para concluir, conviene  subrayar que los trípodes de vídeo son caros en general, pero es un precio que hay que pagar si esperamos obtener buenos resultados en nuestras tomas. Por muchas vueltas que le deis no se puede hacer el apaño con otra cosa; los trípodes de fotografía responden a las exigencias de la misma; el vídeo requiere prestaciones muy diferentes que hay que pagar. 

Puedo resolver dudas personales en privado sobre algunas marcas y modelos concretos, si lo deseáis podéis enviar un mail a la dirección del blog: timelapse-dslr@hotmail.es